El patrimonio un descuido que nos costará el futuro
xWaldo Darío Gutiérrez
Burgos*
El gran mentado cartel de la Declaración de Patrimonio Mundial a la región Quebrada de Humahuaca en el año 2003, solo fue una movida política de los dos partidos mayoritarios de la provincia de Jujuy, una terrible sociedad que aún pervive, donde solo les importan negociar con el turismo las diversas tradiciones que las personas de la región practican culturalmente desde hace milenios o desde hace 429 años, de manera gratuita y abierta, y los recursos naturales entregados a las grandes potencias que poco a poco van destruyendo el medio ambiente, nuestra Pachamama.
Desde la postulación y la
nominación del Sitio inscrito en la UNESCO, no se trabajó con la comunidad y
ciudadanía en general de toda la región, sus ciudades, localidades y
comunidades, directamente se incumplió el Criterio 14 de las Pautas
Operacionales para la Implementación de la Convención de Patrimonio Mundial
Natural y Cultural, un documento donde están todos los pasos a cumplimentar
para que un lugar sea presentado ante la UNESCO y donde también figuran los
recursos económicos que llegan o que puede solicitar el “Estado Parte” para
proteger el sitio patrimonial, y en ese mismo camino el Convenio 169 de la OIT.
Una parte importante de esta
Convención aprobada mediante la Ley Nacional N° 21.836 en nuestro país
menciona:
“ARTICULO
4 - Cada uno de los Estados Partes en la presente Convención reconoce que la obligación de identificar, proteger,
conservar, rehabilitar y transmitir a las generaciones futuras el patrimonio
cultural y natural situado en su territorio le incumbe primordialmente.
Procurará actuar con ese objeto por su propio esfuerzo y hasta el máximo de los
recursos de que disponga y llegado el caso, mediante la asistencia y la
cooperación internacionales de que pueda beneficiar, sobre todo en los aspectos
financiero, artístico, científico y técnico.”
Como podremos ver esto nunca
se llevó a cabo, tampoco durante estos veintidós años de dudosa gestión y
administración, hay varios mal ejemplos de esta desprotección estatal sobre el
patrimonio arqueológico, tal es el caso del Sitio denominado Falda de Humahuaca
que se encuentra en media ciudad homónima donde con la anuencia del Estado
Provincial las variadas gestiones municipales desde el inicio de siglo fueron
regalando espacios y lotes a sus partidarios; otro caso más actual, es lo que
ocurre en el Cerro Las Señoritas en la localidad de Uquia (en diciembre se
cumplirá el primer año de gestión de la flamante Comisión Municipal), donde
cada tanto y por falta de políticas públicas específicas tanto municipales como
provinciales e incumplimiento de la variada legislación existente, como los
derechos y obligaciones que se mencionan en las Cartas Magnas provincial y
nacional respectivamente, se está dañando el lugar más veces que en los últimos
veinte años, y eso que se inauguró un cartel más pequeño, casi al mismo estilo
y modo como ocurrió en el año dos mil tres en la provincia, donde de la noche a
la mañana y sin consultar a nadie, ni mostrar un proyecto sobre lo que se desea
hacer, se construyó una especie de oficina de atención turística con materiales
que no condicen con el lugar a más de 2 km de la zona urbana, donde a la fecha los vecinos desconocen el destino
de cerca de cuatro millones de pesos que están recaudando del cobro por la
entrada a este lugar cuyo paisaje es maravilloso.
Es inexplicable la actitud de
la Comisionada Municipal de Uquia, el negarme el acceso a la información
pública que le he solicitado sobre este tema en el mes de abril.
¡Cobrar si, proteger no!
El fin de semana pasado, visitantes desvergonzados dejaron nuevos graffitis en las piedras y mancharon con excremento el lugar, adjunto fotos compartidas a través del whatsapp por guías de la Asociación de Turismo de Uquia, donde lamentablemente otra vez el Cerro Las Señoritas sufrió un nuevo atentado.
Cabe la total responsabilidad del daño al patrimonio de Uquia y al Paisaje Natural de la Quebrada de Humahuaca como Sitio de Patrimonio Mundial, al gobierno de la provincia de Jujuy, por incumplir la Convención de la Unesco, por interesarse más en recaudar que en cumplir la Constitución de la provincia.
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