Solo en un
año, en 2010, la empresa Repsol gastó 30,4 millones de euros en publicidad,
repartida en diferentes medios…
Argentina: Medios patrocinados por Repsol nos
informan sobre nacionalización en Argentina
ARGENTINA…
ARGOS: JUNIO 05 DE 2012…
Tercera Información
Solo en un año, en 2010, la empresa Repsol gastó
30,4 millones de euros en publicidad, repartida en diferentes medios (1). No es
extraño, por tanto, la condena unánime, desde estos medios, a la decisión del
Gobierno argentino de nacionalizar YPF, en detrimento de los intereses de
Repsol.
Repsol patrocina, por ejemplo, el informativo diario
de la cadena española Telecinco (2), que informaba del asunto de esta manera
tan rigurosa y neutral: “Toda la claridad que le falta a la presidenta
argentina sobre el futuro de Repsol-YPF le sobra al Gobierno español, para
advertirle sobre las consecuencias de una expropiación (...) En su defensa de
los intereses españoles cuenta con el apoyo total de la oposición (...) La
escalada del conflicto no perturba a la presidenta argentina, que va a lo
suyo...” (3)
Este tratamiento informativo es común a todos los
grandes medios españoles, por lo que nos centraremos en uno: el diario El País,
perteneciente al Grupo Prisa.
La supervivencia de este consorcio mediático no solo
depende de los ingresos publicitarios de Repsol: el mayor accionista de esta
petrolera, La Caixa, es uno de los bancos acreedores de la voluminosa deuda del
Grupo Prisa, refinanciada el pasado año (4).
Por eso existe una censura total a cualquier
información negativa sobre la actividad de Repsol en América Latina. Un ejemplo
salía a la luz hace varios años, cuando una periodista del diario propuso
publicar un artículo crítico con la petrolera (5). Tras imponérsele al autor,
en un primer momento, la suavización del texto, finalmente la dirección del
periódico decidió no publicarlo: “lamentablemente, Repsol no puede aparecer en
el artículo ni una sola vez”, fue la explicación. Los gravísimos daños humanos
y medioambientales, las violaciones de los derechos sindicales o las
acusaciones de colaboración con bandas paramilitares para el desplazamiento de
población rural colombiana no pueden ser noticia (6).
Pero, curiosamente, días después de la expropiación
de YPF, quien era acusado de vulnerar la libertad de prensa era el Gobierno de
Argentina. Lo hacía, en un comunicado, la Sociedad Interamericana de Prensa
(SIP) –es decir, los dueños de los grandes medios privados de América Latina-
que se reunía –precisamente- en territorio español, en Cádiz (7). La SIP
acusaba al Gobierno de Buenos Aires de hostigar a los medios, de promover la
censura indirecta y –en el colmo de la caradura- proponía "evitar que los
medios públicos sean utilizados como herramientas de mera propaganda o bien de
difamación de personas, grupos sociales o instituciones". Es decir,
exactamente lo que ahora hacen los grandes medios privados, para defender a uno
de sus grandes anunciantes, en contra de la decisión soberana de un gobierno.
Y es que la campaña político-mediática contra el
Gobierno de Argentina parece sacada de un manual.
Anunciada la nacionalización, el Gobierno español
anuncia represalias comerciales contra Argentina (8), y su posición es
respaldada por la Unión Europea, el Fondo Monetario Internacional y el Gobierno
de Estados Unidos (9). Los medios españoles comienzan una brutal campaña de
demonización del Gobierno de Buenos Aires. Y hasta el Consejo General del Poder
Judicial español –en un ejemplo de lo que se entiende por “división de
poderes”- se niega a participar en la XVI Cumbre Judicial Iberoamericana
celebrada en Buenos Aires (10).
Analistas internacionales –en calidad de supuestos
expertos imparciales- llevan el mismo mensaje a tertulias e informativos. Por
ejemplo, el Real Instituto Elcano -un think tank defensor de los intereses
geoestratégicos españoles- coloca en tiempo record en los medios una encuesta,
según la cual “más del 80% de los españoles juzga grave la expropiación” y que
refleja –supuestamente- una caída en picado de la popularidad de la presidenta
Cristina Fernández, al nivel –asegura- “de Putin o Raúl Castro” (11).
Las líneas de ataque del diario El País contra la
decisión soberana de Argentina son también de manual. Editoriales como
“Populismo intimidatorio” (12) o “El tango del expolio” (13) definen a las
claras la posición del diario que, de la noche a la mañana, descubre que la
“economía argentina (...) (está) al borde del colapso”, tiene “riesgo de (...)
ruina a corto plazo”, o existe una “degradación de la economía”, debido al
“fracaso de la gestión económica”. Algo que contradice de manera evidente la
realidad: Argentina creció el 7,5 % en el último año –mientras España se
encuentra en recesión-, su desempleo es 14 puntos inferior al de España y,
junto a Venezuela, es el país de la región que ha conseguido el mayor descenso
de la pobreza en la última década, según la CEPAL (14).
Aparecen entonces los términos imprescindibles en
toda campaña contra los gobiernos progresistas de América Latina, como
“populismo” (15), “chovinismo exaltado” (16), “patrioterismo económico” (17) o
“chavismo” (18), para acusar a la presidenta argentina de buscar “desesperadamente
un enemigo exterior al que culpar de sus fracasos” (19).
Pero el diario El País no se queda en los ataques,
sino que hace propuestas de represalias. Nos dice que “el discurso populista
(y) las amenazas de nacionalización (...) son razones suficientes para que la
comunidad internacional retire su confianza (a Argentina)” (20) y que “el
Gobierno de la señora Fernández se ha ganado a pulso que su país sea apartado
inmediatamente del G-20” (21).
Apenas unos días después de la nacionalización de
YPF, El País organizaba en Bogotá las jornadas “Invertir en Colombia”,
patrocinadas –entre otras multinacionales- por Repsol (22). “Nosotros no
expropiamos”, llevaba a titular las palabras del presidente de Colombia, el
ejemplo de buen alumno cuyo premio a la obediencia son las inversiones
españolas (23). La cobertura informativa de El País a este evento es un cuadro
idílico acerca del “milagro colombiano” donde, tras décadas de violencia,
existe una nación “estable económicamente”, “con grandes planes de desarrollo en
infraestructuras” y –lo más importante- “con seguridad jurídica para los
inversores extranjeros” (24). Ni una palabra de las 4 millones de personas
campesinas desplazadas de sus tierras (25), de los más de 7.000 presos
políticos (26), de la situación de hacinamiento carcelario (27), o de las
recompensas por asesinatos de inocentes, caso conocido como “falsos positivos”
(28).
Y es que -recordemos- el Grupo Prisa tiene, a su
vez, importantes negocios en Colombia. Es propietario, entre otros medios, de
Caracol Radio, y su Editorial Santillana controla una parte importante del
mercado de libros de texto escolar (29). No en vano cinco expresidentes de
Colombia han pertenecido al Patronato de la Fundación Santillana para
Iberoamérica (30).
Mientras, en Argentina, las cosas se ven de otra
manera. Tres de cada cuatro personas están de acuerdo con la nacionalización de
YPF, y el 70 % cree que el Estado debe controlar los recursos estratégicos del
país (31). Y ello, a pesar de estar sometidos a un bombardeo informativo
semejante por parte de los grandes medios privados argentinos, que repiten los
mismos argumentos que sus homólogos españoles, con quienes comparten negocios,
ideología e intereses (32).
0(3) Telecinco, Informativo de las 21 h., 14 de
abril de 2012.
(30) Pascual Serrano, “Traficantes de información”,
Foca editorial, Madrid, 2010, pag. 155.
Waldo Darío Gutiérrez Burgos
Descendiente
del Ayllu Uquía - Pueblo Omaguaca
Director
de ‘Cer-Omaguaca’, ‘Obnu’ y ‘ArgosIs-Internacional’
MIEMBRO
DE ‘VILTIPOCO10000’, ‘GAPO’ Y 'FELAP'
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