Opinión: La
desobediencia como actitud vital para transformar el mundo
Para
hacer un acto de desobediencia civil, en primer lugar, hay que perder el miedo,
conocer bien a tu enemigo y el poder que tiene, contar con una motivación que
tenga una buena estrategia detrás y un grupo de apoyo que respalde tu acción.
Pero lo que es más importante es que tu acción sirva para construir
alternativas al poder y a las estructuras a las que te enfrentas.
Esto
es lo que hizo Enric Duran, catalán, nacido hace 38 años en Vilanova i la
Geltrú, a 50 km de Barcelona. Su primera acción de desobediencia, realizada en
2008, fue expropiar medio millón de euros a los bancos españoles para denunciar
la perversión del sistema capitalista y la mala praxis de los bancos y repartir
ese dinero entre distintos movimientos sociales que construyen alternativas
para una sociedad más justa. Con este dinero también se financió la publicación Crisis –a través de la
cual dio a conocer su acción de insumisión bancaria el 17 de septiembre de
2008.
“Se
trata de una acción ajena a cualquier tipo de violencia, que reivindico como
una nueva forma de desobediencia civil, a la altura de los tiempos que corren.
Cuando la financiación al consumo y la especulación son dominantes en nuestra
sociedad, ¿qué mejor que robar a los que nos roban y repartir el dinero entre
los grupos que denuncian esta situación y construyen alternativas?”
Su
acción desobediente no ha dejado de dar frutos en forma de alternativas al
capitalismo y la construcción de otro mundo. Enric y el movimiento que inspiró,
las Cooperativas Integrales,
están llamando a la Revolución Integral como un proceso de transformación radical de la
sociedad.
El
pasado 8 de febrero, salió de donde se encontraba habitualmente en Barcelona
-Catalunya- y se preparó para desobedecer el sistema judicial no presentándose a su juicio. Tiene una orden de
búsqueda y captura –dese el pasado 23 de marzo de 2013- por parte de la
justicia española por ser desobediente y por no creer en el sistema que
pretende juzgarle. Enric se declara insumiso al sistema judicial y apela al
derecho a rebelión. Ahora se encuentra en la clandestinidad. Según él, es más
útil escondido “en algún lugar del mundo” que en la cárcel.
Enric
está escondido, pero conectado a Internet, herramienta que le permite “estar en
todos lados”. Por eso podemos hablar con él tranquilamente durante más de una
hora y oír su voz -sin saber en qué rincón de mundo se esconde- para poder
explicar su acción desobediente y dar a conocer las propuestas alternativas que
ya están dando frutos en Catalunya y parte de Europa.
Inspirado
por las propuestas de lucha por la autonomía de los zapatistas desde su
nacimiento en Chiapas –México- Enric recoge el sentido de “El Tiempo del Si”
del que habla el EZLN en un comunicado publicado el pasado mes de enero. Para él, “el tiempo del si” significa el tiempo de construir, de poner
el centro de atención en afirmar el mundo que queremos y en aprender de forma
colectiva a llevarlo a la práctica, comunicarlo y facilitar que se pueda
extender.
Ser desobediente
En
2008, cuando se empieza a vislumbrar la crisis económica en España, Enric ya
preparaba una estrategia para condenar la banca y su sistema de “dejar dinero
que no poseen y, a través de potentes instrumentos de ingeniería financiera,
crear dinero como deuda”. Esta estrategia comprendía una primera acción de
desobediencia civil –que realizó solo- en la que expropió medio millón de euros
para darlos a movimientos sociales y declaró que nunca iba a pagar su deuda.
¿Cómo
lo hizo? Pues fue pidiendo
créditos bancarios a todas las entidades que pudo, dando una apariencia de
solvencia –de que tenía un trabajo estable, un movimiento de dinero, de que
podría pagar esos créditos y también de que no tenía otro endeudamiento. Con
ello fue aprendiendo qué tenía que hacer y cómo debía actuar para que un montón
de bancos le dieran créditos. Durán consiguió que le hicieran 68 operaciones
crediticias en 39 bancos, 492 mil euros en total. Luego, cuando ya había
llegado al punto definitivo, “pues dejé de pagar todos los créditos, saqué el
dinero de las cuentas y lo hice público en setiembre de 2008. Durante todo ese
proceso ya fui invirtiendo ese dinero en proyectos de alternativas al
capitalismo hasta que se culminó en las ultimas publicaciones de los periódicos
“Crisis” y “Podemos” que
también se financiaron con ese dinero”.
Los
medios comerciales le pusieron el apodo de “Robin Hood de los bancos” o “Robin
Bank”, peor más bien su inspiración en la acción concreta de insumisión
bancaria fueron gente como el anarquista vasco Lucio Urtubia quien llevó a cabo
una multimillonaria estafa de cheques de viajes de Citibank en
los años setenta y que llegó a desestabilizar el banco provocando su caída en
la Bolsa hasta el límite de la quiebra. Por aquel entonces, Uturbia lograba
dinero sin usar la violencia y a través de la estafa, para financiar
organizaciones revolucionarias y anarquistas. A diferencia de Urtubia, quién actuó siempre de forma clandestina, Enric Durán hizo pública su acción
precisamente para defender la legitimidad de sus acciones ante la sociedad. Si
no explicaba lo que había hecho, el cómo y el porqué, su acción desobediente no
tendría repercusión ni sentido.
Ahora
Durán vuelve a ser desobediente, de hecho nunca dejó de serlo porque para él es
una actitud vital, coherente y necesaria para construir otra sociedad. Esta vez
decidió no reconocer la
autoridad del sistema judicial del estado y a partir de ello, no colaborar en
ser juzgado -en primera instancia por no presentarse al juicio por la acción de
expropiación de los bancos y ante los 8 años de prisión que le piden, pero
sobre todo por el tipo de juicio que se estaba planteando. Durán presentó 23
testimonios que justificaban y corroboraban el estado de necesidad,
que es esa acción en la cual, para hacer un bien mayor se comete una ilegalidad
y que, según reconoce el Código Penal, es un eximente de pena. El juzgado no
aceptó los 23 testimonios y eso reafirma su decisión de no participar y no
colaborar en su juicio.
“Si algún día, por voluntad propia o no, soy juzgado, aviso que el
único veredicto que aceptaré será la absolución por consideración del tribunal
de que mi acción no es constitutiva de delito, a causa de su motivación ética y
solidaria en contra de los actores que más daño hacen a esta sociedad y en pro
del bien común. Aparte de esto, no negociaré penas menores para evitar cumplir
condena, ni pagaré una fianza, ni multa, ni negociaré la deuda. Si el estado es
incapaz de salir de la presión de los poderes fácticos, que todo el mundo lo
vea manteniendo a una persona como yo en prisión”
El
pasado 14 de marzo su acción inspiró la campaña “La desobediencia no cabe en la
prisión” con el objetivo de financiar una estructura organizativa de protección
para que ninguna persona que haga una acción de desobediencia civil pueda ir a
la cárcel y apoyar la investigación y desarrollo de estrategias integrales para
crear alternativas al actual sistema judicial y en pro de la libertad de
expresión. Lo hicieron a través del COOPFUNDING, impulsado por la Cooperativa
de Autofinanciamiento Social en Red (CASX, en sus siglas en catalán) y la
Cooperativa Integral Catalana (CIC). En 12 días han conseguido 4625 euros y
casi 100 participantes.
En
el marco del llamamiento a la Revolución Integral y ante los hechos acaecidos
en Chipre -que han demostrado hasta que punto la Unión Europea es capaz de
imponer medidas que perjudiquen los depósitos bancarios de una parte de la
población- el pasado 1 de abril empezaron la campaña “Remueve tu dinero” para
animar a la ciudadanía española a cancelar sus cuentas de ahorro, fondos de
inversión y fondos de pensiones y vender sus acciones y trasladar su dinero y
abrir nuevos depósitos en la banca ética y cooperativa.
Tenemos el Derecho a Rebelión y el deber de
transformar
En
diciembre de 2011, Durán escribió una Carta invitando a la desobediencia civil
masiva a través de la insumisión bancaria y el Derecho a Rebelión.
“los Derechos Humanos son una cuestión de mínimos innegociables
que si no se cumplen sólo se pueden defender con un derecho, el derecho a
rebelión”
Durán
y los integrantes de las CIC se inspiran en un supuesto derecho que es
reconocido desde hace más de dos siglos por el derecho internacional, a través,
por ejemplo de la “Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano” de
1793. “Cuando el gobierno actúa en perjuicio de la mayoría y en beneficio de la
pequeña minoría el gran derecho que tiene la gente es el de desobedecer y
rebelarse ante esa injusticia. Dado lo que está ocurriendo desde hace años
-pero especialmente estos últimos años- en relación a beneficiar al poder,
beneficiar a los bancos y perjudicar a la mayoría de población, creímos que era
oportuno defender la desobediencia recordando ese derecho”, comenta Enric.
Para
ellos el desobedecer es una actitud vital en cuanto a todo lo que se van
encontrando en su acción de ser coherentes con su forma de pensar y hablan ya desobediencia
integral. Se trata, puesto que están construyendo otra sociedad y otro
mundo, de no desobedecer simplemente a una ley porque quieren transformarla y
mejorarla sino que desobedecen una ley u otra acción del sistema porque, según
Enric, “no lo reconocemos como nuestro y por tanto, en nuestro devenir hacia
otra sociedad no somos parte del sistema que nos tratan de imponer y lo
desobedecemos”
Hablando
con Enric llegamos a la conclusión de que actuando de cara, en colectivo y de
forma organizada, aunque el enemigo sea muy grande y muy poderoso, tiene sus
limitaciones “y nosotros tenemos la fuerza de la legitimidad y del apoyo de
mucha gente que no siempre puede actuar pero que piensa como nosotros”, comenta
Enric . Según él, el poder está habituado a la autocensura, “a que nuestro
miedo nos pare y a crecerse a través de esto, pero cuando actuamos con fuerza,
con desparpajo y valentía, a veces no sabe cómo responder y hecha un paso atrás
porque se reconoce su falta de legitimidad para atacar nuestro buen hacer. Por
eso, esta parte de autoafirmación y de actuar en base a lo que queremos más
allá de determinados riesgos pues es clave”.
Pero
Durán reconoce que en cada contexto, los peligros pueden ser diversos y hay que
tenerlos en cuenta. “Yo ahora mismo, por ejemplo, tengo que estar escondido y
no es por miedo, si no por estrategia”. Enric es ahora más útil a la estrategia
de transformación de la Revolución Integral desde la libertad, aunque sea a
escondidas, que no desde la cárcel.
Desde
hace años, para Durán y para muchos de los integrantes del movimiento, los
zapatistas y todo lo que está a su alrededor han sido y son unos referentes por
su lucha de autoorganización, autoafirmación y de llevar a la práctica aquello
en lo que se cree hasta las ultimas consecuencias. Para Durán, es uno de los
pocos movimientos que ha llevado a la practica el “no reconocer el poder y el
no centrarse en defender algo ante los de arriba y ante el estado sino en
llevarlo a la practica desde al autonomía”. También con ellos hay otros
referentes en América Latina como el MST (Movimiento Sin Tierra en Brasil) o
los Mapuches en Chile o diversos movimientos en Bolivia con los que desean
poder trabajar cada vez más cercanamente y en red. En Europa, siguen haciendo
red con muchos grupos como los que construyen los espacios liberados, que se han ido
extendiendo desde el movimiento de ocupación, como por ejemplo la experiencia
de las ZAD (Zona A Defender) en Notre Dame des Landes (La Bretaña) han creado
sus espacios liberados para evitar la construcción de un Aeropuerto y al mismo
tiempo están generando otra forma de auto-organización y de vida.
Para Durán, es, como
dicen los zapatistas, “el tiempo del sí”, de construir, de poner el centro de
atención en afirmar el mundo que queremos y en aprender de forma colectiva a
llevarlo a la practica. Durán y las Cooperativas Integrales están promoviendo
este mensaje y quieren, no sólo seguir llevándolo a la práctica ellos mismos
sino también comunicarlo y facilitar que se pueda extender.
Una versión más breve de este artículo fue publicada originalmente en inglés por Waging non Violence
Una versión más breve de este artículo fue publicada originalmente en inglés por Waging non Violence
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la
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