CUBA... VILTIPOCO10000: MAYO 20 DE 2012...
En Dos Ríos, provincia de
Oriente, el 19 de mayo de 1895, cae en combate, herido por tres disparos que
ponen fin a su vida, el Delegado, el Maestro, el Mayor General, el líder
indiscutible de aquella "guerra necesaria" de independencia de Cuba..
Desaparecía físicamente, de una forma heroica, un hombre que tuvo una fecunda
existencia, y así se puso término en lo personal a su viaje humano. Tal vez el
hecho ocurriera como lo había vaticinado:
"Yo moriré sin dolor: será
un rompimiento interior, una caída suave y una sonrisa."
"Se ha de vivir y morir
abrazado a la verdad. Y así, si se cae, se cae en una hermosa compañía..."
Después de su caída comienza una
nueva etapa del viaje humano de Martí, que consiste en mantenerse vivo
espiritualmente en la conciencia y en la acción de los hombres mejores de su
pueblo. Se cumplirían con ello sus ideas visionarias sobre el destino de los
hombres consagrados al bien de su patria.
“No hay más que un modo de vivir
después de muerto: haber sido un hombre de todos los tiempos - o un hombre de
su tiempo".
Pues eso es Martí: un hombre de
todos los tiempos y un hombre que vence a la muerte según su decir: "Morir
no es nada, morir es vivir, morir es sembrar. El que muere, si muere donde
debe, sirve. Vale y vivirás. Sirve y vivirás. Ama y vivirás. Despídete de ti
mismo y vivirás. Cae bien, y te levantarás."
El hombre que desaparecía
físicamente tenía una estatura de unos cinco pies y medio, o sea, un metro y
sesenta y cinco centímetros, con un peso de 130 a 140 libras. Era de vestir
modesto, pero pulcro. Su traje y su corbata eran negros, en símbolo de luto por
Cuba. Usó un anillo de hierro, hecho de un pedazo de la cadena que llevó en
presidio. De cabeza normal, su frente era notablemente alta y despejada, a lo
que contribuía su calvicie moderada. Sus cejas eran pobladas, grueso el bigote
y fina la mosca que adornaba el mentón firme. Nariz recta y orejas algo
separadas de la cara. Ojos pardos o glaucos, algo achinados, melancólicos y
dulces, pero relampagueantes o coléricos en el frenesí de la oratoria. Mirada
y verbo hechizadores. Hablar suave, sin estridencia, y persuasiva. Voz fuerte y
vibrante en los discursos. Manos finas y afiladas como hombre magro,
intelectual y artista. En fin "era pequeño, de cuerpo delgado; tenía en su
ser encarnado el movimiento; grande y vario su talento, veía pronto y
alcanzaba mucho su cerebro; fino por temperamento, luchador inteligente y
tenaz, que había viajado mucho, conocía el mundo y sus hombres; siendo
excesivamente irascible y absolutista, dominaba siempre su carácter,
convirtiéndose en un hombre amable, cariñoso, atento, dispuesto siempre a
sufrir por los demás, apoyo del débil, maestro del ignorante, protector y padre
cariñoso de los que sufrían; aristócrata por sus gustos, hábitos y costumbres,
llevó su democracia hasta el límite. Era muy nervioso, un hombre ardilla;
quería andar tan deprisa como su pensamiento, lo que no era posible. Subía y
bajaba las escaleras como quién no tiene pulmones. Vivía errante, sin casa, sin
baúl y sin ropas; dormía en el hotel más cercano de donde le cogía la noche o
el sueño; comía donde fuera mejor y más barato, ordenaba una comida
admirablemente y, sin embargo, comía poco; días enteros se pasaba con vino
Mariani; quería agradar a todos y tenía manía de hacer conversiones, así que no
le faltaban desengaños. Era un hombre de un gran corazón que necesitaba un
rincón donde querer y ser querido. Tratándole, se le cobraba cariño a pesar de
ser extraordinariamente absorbente. En el trato era encantador. Tenía "alma
de niño" y profesaba un amor inmenso por los niños. Era un trabajador
infatigable. Dormía poco y con inquietud. Era frágil de cuerpo, precario de
salud; pero poseia una tenacidad a toda prueba.
En el testimonio de la época,
brindado por el doctor Pablo A. de Valencia, quien efectuó la autopsia al
cadáver de Martí, se señala: "A la sazón en que desembarcó en esta Isla
para ponerse al frente del movimiento revolucionario, estaba regularmente
nutrido, constitución regular y temperamento bilioso. Aunque delgado, bien
conformado; de estatura regular; pelo castaño -oscuro rizado; una pequeña
calvicie en la coronilla y entradas muy pronunciadas en las sienes; frente
ancha y despejada; cejas de igual color que el pelo y no muy pobladas; nariz
aguileña; orejas pequeñas; boca regular; bigote fino y poco poblado; buena
dentadura, sólo que le faltaba el segundo incisivo de la mandíbula superior
del lado derecho y los dientes en su mayor parte eran puntiagudos; cara de
forma oval. Que presentaba en las piernas señales de haber llevado grillos. El
día 23 del propio mes y año se procedió al reconocimiento del cadáver después
de exhumado: Dicho cadáver parece ser el de un hombre cuya edad fluctúa entre
los 45 y 50 años ,de musculatura firme y algo enjuto de carnes...Que presenta
además en la pierna derecha y en su tercio superior, una hendidura especial de
la piel correspondiendo a dicha hendidura un color algo más oscuro que el
resto del cuerpo, pruebas evidentes de haber sufrido en aquella parte durante
algún tiempo una presión con la contusión consiguiente, producida por un anillo
de hierro colocado en dicho punto. Que presentaba las siguientes heridas: Una
herida de bala penetrante en el pecho, cuyo orificio de entrada parecía
corresponder a la parte anterior del pecho al nivel del puño del esternón, el
cual había sido fracturado, presentando al parecer dicha herida su oficio de
salida por la parte posterior del tórax, en el cuarto espacio intercostal
derecho como a diez centímetros de la columna vertebral. Otra herida de bala
en el cuello, cuyo orificio de entrada estaba debajo de la barba como a unos
quince centímetros de la misma y a cuatro de la rama derecha del maxilar
inferior y cuyo orificio de salida se encontraba por encima del maxilar
superior, lado derecho, cuyo labio se hallaba destrozado. Otra herida
igualmente de bala en el tercio inferior del muslo derecho y hacia su parte
interna. Además presentaba algunas contusiones en el resto del cuerpo."
Según informe realizado por el
coronel español José Ximenes de Sandoval, jefe de las tropas enemigas, entre
las pertenencias ocupadas al cadáver de Martí se encontraban las siguientes: un
reloj de oro; un revólver con culatín de nácar; un machete; planos; papel
timbrado y distribuciones de fuerzas; un pañuelo de seda de bolsillo con
iniciales bordadas con hilos verdes; una cartera de bolsillo con notas,
retratos y otras cosillas; un cortaplumas manchado con sangre; un rifle
relámpago; una escarapela cubana bordada con mostacilla; un libro muy chiquitico,
manuscrito con letra de Carlos Manuel de Céspedes, y que dijeron era el código
cubano que se le encontró en la cartera de bolsillo; una cinta de seda azul en
un papel con una dedicatoria entusiasta alusiva al color de la cinta y la
guerra, de una hermana de Gómez a Martí; unas espuelas vaqueras.
Tal era el hombre que conocieron
sus coetáneos y que libró una lucha de gigantes para unir a su pueblo y
encauzar la guerra que lo emanciparía, y que cayó en combate 39 días después de
su desembarco por Playitas de Cajobabo.
De su imagen nos quedan algunas
fotos y retratos. De su obra nos queda la historia de sus vivencias, los hechos
y acontecimientos de los que fue contemporáneo o protagonista. De sus ideas nos
ha quedado un caudal inmenso que nutre el mundo físico y espiritual de su
pueblo y de la humanidad. Hoy estas ideas son parte integrante del alma de la
Revolución cubana, y por ello mismo son fuente de sueños y de luz.
El viaje humano de José Martí,
continúa su curso como la marcha indetenible de las generaciones nuevas y de
los pueblos hacia el porvenir. Porque no en vano y con razón profética, afirmó
que "el verdadero hombre no mira de qué lado se vive mejor, sino de qué
lado está el deber; y ese es el verdadero hombre, el único hombre práctico,
cuyo sueño de hoy será la ley de mañana, porque el que haya puesto los ojos en
las entrañas universales y visto hervir los pueblos, llameantes y
ensangrentados, en la artesa de los siglos, sabe que el porvenir, sin una sola
excepción, está del lado del deber. Y si falla, es que el deber no se entendió
con toda pureza, sino con la liga de las pasiones menores, o no se ejercitó
con desinterés y eficacia."
"Yo no necesito ganar una
batalla para hoy; sino que al ganarla, desplegar por el aire el estandarte de
la victoria de mañana, una victoria sesuda y permanente que nos haga libres de
un tirano ahora y después? Que dónde estoy? En la revolución; con la
revolución."
En el mundo que vemos desfilar
ante nuestros ojos hay razones más que sobradas para las visiones
apocalípticas. Hoy, como ayer, al decir de Martí "el mundo entero es una
inmensa pregunta". La humanidad toda debe darse a sí misma una respuesta
definitiva y verdadera que satisfaga sus necesidades y aspiraciones legítimas.
Y habrá de armarse con tesón y optimismo suficientes para recorrer el camino
que lo conduzca a la victoria, a pesar de los escollos y los cataclismos. Pues
no obstante los rigores del destino, es fundado y cierto que, como sentenciara
nuestro Héroe Nacional: "El sol sigue alumbrando los ámbitos del mundo y
la verdad continúa incólume su marcha por la tierra".
Rebelión
ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de
Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras
fuentes.
Waldo Darío Gutiérrez
Burgos
Descendiente del
Pueblo de Uquía, Omaguacas
Director
‘Cer-Omaguaca’, ‘Obnu’ y ‘Argos Is-Internacional’
Representante de Argos
Is-Internacional en la República Argentina
MIEMBRO DE LA
'CAMACOL' Y DE LA 'FELAP'
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